El pajaro Jilguero presenta una longitud de 11-trece con cinco cm, una envergadura de veintiuno-25,5 cm, un peso de catorce-19 g y una longevidad de siete a diez años (en cautividad) El pajaro jilguero europeo presenta una cabeza tricolor con máscara facial roja y alas negras con franja amarilla.
El plumaje de un pajaro jilguero adulto se identifica por una cabeza muy propia y conspicua, con aspecto tricolor, máscara facial roja, y dibujo cefálico blanco y negro. El pico es habitual y adaptado a su nutrición. Cónico, esbelto, afilado, de color pálido. Por otra parte, el cuerpo en la parte delante es blanquecino, bordeado de amarillento, mientras que la parte posterior marronácea.
El ala muy propia y conspicua, tanto con el ave posada, como en vuelo. Negra, con ancha franja alar amarilla; manchas blancas en la punta de las rémiges de tamaño variable, en función del desgaste. La cola es negra, escotada, presentando rectrices con puntas blancas.
El plumaje juvenil presentan alas idénticas a los adultos, una cabeza y cuerpo gris pardo uniforme y jaspeado. Adquiere el habitual dibujo cefálico tricolor tras la primera muda parcial en otoño. Existen también plumajes intermedios, los cuales son indistinguibles del adulto excepto con el ave en mano, en cuyo caso, dependiendo de la temporada y el ciclo de muda, se aprecia por rémiges, cobertoras alares y rectrices.
El macho y la hembra del jilguero son muy similares, apenas existe dimorfismo sexual. Con el ave en la mano, o bien en condiciones de observación muy convenientes, el macho presenta mayor cantidad de colorado en la cara, y plumillas nasales normalmente más oscuras. La alteración estacional es inexistente, no obstante, el desgaste progresivo del plumaje, reduce (e inclusive suprime) las puntas blancas de rémiges y rectrices, recuperándolas tras la muda completa postnupcial.
Debido a su cabeza tricolor, y a su conspicua coloración alar, resulta inconfundible con otras especies. Los ejemplares juveniles pueden inducir a determinada confusión con hembras e inmaduros de otros fringílidos marronáceos, mas solo en el caso de que la observación no incluya el ala.
Los ciclos de muda en juveniles es parcial a lo largo del verano, al paso que en adultos la muda es completa también a lo largo del verano.
El jilguero europeo se distribuye a lo largo del paleártico occidental. Acostumbra a habitar lindes de bosques, sotos, campiñas, zonas agrícolas, parques, jardines, huertos, frutaledas y, normalmente cualquier zona herbácea, especialmente si existe exuberancia de cardos (alimento predilecto de la especie); la clave es presencia mínima de arbolado. Cría sin dificultades en pueblos y ciudades.
Muestra predilección por entornos calurosos, siendo menos frecuente observarlo a medida que aumenta la altitud. Ha sido citado en los Alpes suizos a dos mil cuatrocientos m s. n. m.; en los Pirineos catalanes a 2000 m s. n. m., y en Sierra Nevada a 1850 m s. n. m..
Su predilección por las plantas ruderales, en especial cardos y centaureas, explica las altas exuberancias de jilgueros en vegas y olivares, hábitats que aportan árboles para emplazar el nido, y terrenos despejados donde buscar semillas.
En migración resulta omnipresente. En invierno también frecuenta eriales y otras zonas abiertas si bien no estén arboladas.
Normalmente acostumbran a criar dos veces a lo largo de un año. La primera puesta comienza a mediados de marzo o bien principio de abril. La segunda puesta se realiza a continuación de la primera. Raramente se producen 3 puestas.
La puesta consta de 5 o seis huevos de color blanco con finas motas rojizas. La incubación dura entre 12 y trece días, período en el que con frecuencia el macho nutre a su pareja en el nido. El nido, construido casi únicamente por la hembra, tiene forma de copa y se instala en las horquillas de las ramas más altas de algunos árboles o arbustos.
Los polluelos, que son nidícolas, abandonan el nido y se independizan de los progenitores a los quince días aproximadamente, alcanzan el plumaje terminante tras la muda otoñal.
El jilguero europeo se comporta como parcialmente migrador. Las poblaciones norteñas migran al sur; los cuarteles de invierno se sitúan en la zona mediterránea. Las poblaciones meridionales pueden ser sedentarias, errantes, e incluso migradoras cara el norte de África. La migración es diurna, en grupos aproximadamente abundantes. El paso migratorio es prolongado; el grueso de la migración otoñal se genera entre septiembre y noviembre; el de la primavera se produce entre febrero y mayo.
En zonas como España se considera un migrador parcial, recibiendo invernantes procedentes de Centroeuropa; el paso otoñal se genera sobre todo en el mes de octubre y noviembre, y la vuelta transcurre entre marzo y mayo.
Los individuos ibéricos semejan abandonar mayoritariamente muchas de sus localidades de cría para desplazarse al norte de África, dando sitio a una increíble concentración otoñal en el estrecho de Gibraltar, donde resulta ser el fringílido más abundante en migración al unirse con migradores más norteños; en este sentido se han citado altísimas densidades al sur de Cádiz del orden de sesenta y cinco aves por cada diez hectáreas.
Genéticamente se ha definido la especie parental existente del jilguero común (Carduelis carduelis). Es el Carduelis citrinella el que seguramente dio lugar a estos jilgueros comunes eurasiáticos en las islas del Mediterráneo, en la llamada Crisis Mesiniense, cuando el mar Mediterráneo se encontraba casi seco y era un conjunto de charcos salinos de mayor o menor profundidad.
Las aves son animales vertebrados, de sangre caliente, que andan, brincan o se sostienen solo sobre las extremidades posteriores, al paso que las extremidades anteriores han evolucionado hasta convertirse en alas que, al igual que otras muchas peculiaridades anatómicas únicas, les permiten, en la mayoría de los casos, volar, si bien no todas vuelan. Tienen el cuerpo cubierto de plumas y, las aves sensu stricto, un pico córneo sin dientes. Para reproducirse ponen huevos que incuban hasta su eclosión.
Su conjunto taxonómico se denomina clase Aves (la palabra es latina y está en plural, en singular sería avis)4 para la sistemática tradicional, pero en la sistemática filogenética actual este clado no tiene rango, y es incluido a su vez consecutivamente dentro de los clados: Theropoda, Dinosauria, Archosauria, Sauropsida, Tetrapoda, etcétera, aunque hay más anidamientos intermedios con denominación.
Las aves se produjeron a partir de dinosaurios carnívoros bípedos del Jurásico, hace entre ciento cincuenta y doscientos millones de años y, de hecho, son los únicos dinosaurios que sobrevivieron a la extinción masiva producida al final del Mesozoico. En consecuencia, la sangre caliente, que es la característica más notable que comparten con los mamíferos, es un resultado de evolución concurrente, puesto que no hay un ancestro común a ambos conjuntos que tuviese este rasgo. Su evolución dio lugar, tras una fuerte radiación, a las más de diez mil especies actuales (más 153 extintas en tiempos históricos). Las aves son los tetrápodos más diversos; sin embargo, tienen una gran homogeneidad morfológica en comparación con los mamíferos. Las relaciones de parentesco de las familias de aves no siempre pueden definirse por morfología, pero con el análisis de ADN comenzaron a dilucidarse.
Las aves habitan en todos los biomas terrestres y también en todos los océanos. El tamaño puede ser desde 6,4 cm en el colibrí zunzuncito hasta dos con setenta y cuatro metros en el avestruz. Los comportamientos son distintos y notables, como en la anidación, la alimentación de las crías, las migraciones, el apareamiento y la tendencia a la asociación en conjuntos. La comunicación entre las aves es variable y puede implicar señales visuales, llamadas y cantos. Algunas emiten gran diversidad de sonidos, y se destacan por su inteligencia y por la capacidad de transmisión cultural de conocimientos a nuevas generaciones.
El humano ha tenido una intensa relación con las aves. En la economía humana las aves de corral y las cinegéticas son fuentes de comestible. Las canoras y los loros son populares como mascotas. Se emplea el plumón de patos y gansos familiares para rellenar almohadas, y antes se cazaban muchas aves para adornar sombreros con sus plumas. El guano de las aves se emplea en la fertilización de suelos. Algunas aves son veneradas o bien repudiadas por motivos religiosos, supercherías o bien por prejuicios equivocados. Muchas son símbolos culturales y referencia usual para el arte. En los últimos 500 años se han extinguido más de ciento cincuenta especies como consecuencia de actividades humanas, y, en nuestros días, son más de mil doscientas las especies de aves conminadas que precisan esfuerzos para su conservación.
Los papagayos se caracterizan por tener un pico curvado, con una mandíbula inferior con cierta movilidad en su conexión con el cráneo y ubicada en una situación bastante agapornis roseicollis vertical. Además tienen una gran capacidad craneal y son uno de los conjuntos de aves más inteligentes. Son aves que vuelan bien y son capaces de agarrarse a las ramas de los árboles y trepar por ellas con habilidad, gracias a sus garras prensiles zigodáctilas (con dos dedos hacia delante y 2 cara atrás).
Otra característica de los loros es la intensa coloración de su plumaje. El color predominante del plumaje de los papagayos es el verde, si bien la mayoría de las especies tienen además algo de rojo, azul, amarillo y otros colores en diversas cantidades. La coloración de las plumas de los papagayos se debe tanto a los pigmentos como a estructuras singulares de sus plumas, como la textura de Dyck, que desperdigan la luz originando la aparición de colores como el azul (componente esencial del verde). Se distinguen de sus familiares las cacatúas en que carecen de sus característicos penachos eréctiles en la cabeza. Asimismo difieren de ellas en las tonalidades del plumaje, las cacatúas son predominantemente blancas o bien negras, y si bien también pueden presentan colores rosados, rojos, amarillos o anaranjados, las cacatúas carecen por completo de los tonos verdes y azules en sus plumajes.
La mayoría de los loros habituales se alimentan eminentemente de semillas. Hay algunas alteraciones individuales entre especies que además incluyen en su dieta frutos, hojas, insectos y otras pequeñas presas esporádicamente. Los loris son predominantemente nectarívoros, si bien otras especies también consumen néctar esporádicamente.
Los miembros de Psittacoidea son especies predominantemente monógamas que acostumbran a anidar en cavidades, tanto de los árboles como en túneles escavados en terraplenes.
Algunas especies pueden imitar gran diversidad de sonidos, incluida la voz humana, aunque no tienen cuerdas vocales sino que usan un órgano situado en la base de la tráquea conocido como siringe.
El periquito mide alrededor de 18 cm de la cabeza a la punta de la cola, y pesa alrededor de treinta y cinco g. La variedad silvestre tiene las partes inferiores de color verde claro llano, con la cabeza amarilla con un característico listado negro en su parte trasera, como el resto de las partes superiores del cuerpo y alas, aunque con fondo verde amarillento. En cambio su garganta y frente son de color amarillo llano, con una pequeña mancha morada en la mejilla y 3 motas negras enmarcando cada lateral de base de la garganta. Su cola es de color cobalto con máculas amarillas en el centro de las plumas laterales. Las plumas de vuelo de las alas son negras y verdosas, y sus coberteras negras con bordes amarillos, y tienen manchas amarillas en el centro que solo se ven cuando despliegan las alas. Posee el pico muy curvado hacia abajo de color gris verdoso, y patas grises azuladas zigodáctilas, con dos dedos hacia delante y 2 cara atrás, que les facilita escalar por los árboles y alimentarse de semillas.
Los periquitos silvestres en su hábitat natural de Australia son notablemente más pequeños que los que se encuentran en cautividad. Además los criadores de esta especie han logrado multitud de colores y capas de periquitos (ejemplos: azul, gris, gris-azul, pios, violeta, blanco, amarillo, amarillo-azul) aunque la mayor parte de los que se encuentran en las tiendas de mascotas son azules, verdes y amarillos. Como en la mayor parte de especies de papagayos el plumaje del periquito es fluorescente bajo la luz ultravioleta. Este fenómeno posiblemente está relacionado con el cortejo y la selección de pareja. Como muchas aves los periquitos tienen visión tetracromática, aunque para que funcionen las cuatro clases de conos simultáneamente se necesita la presencia de todo el fantasma de la luz solar. El fantasma ultravioleta hace relucir sus plumas, lo que ayuda a atraer a las parejas. Las manchas de su garganta reflejan la luz ultravioleta y podrían emplearse para distinguir individualmente a cada periquito.