10 consejos de los expertos antes de criar con jilgueros - Articulo numero: 9080

El pajaro Jilguero presenta una longitud de 11-trece con cinco cm, una envergadura de veintiuno-veinticinco con cinco cm, un peso de 14-19 g y una longevidad de siete a diez años (en cautividad) El pajaro jilguero europeo presenta una cabeza tricolor con máscara facial roja y alas negras con franja amarilla.

El plumaje de un pajaro jilguero adulto se identifica por una cabeza muy propia y conspicua, con aspecto tricolor, máscara facial roja, y dibujo cefálico blanco y negro. El pico es habitual y amoldado a su alimentación. Cónico, esbelto, afilado, de color pálido. Por otro lado, el cuerpo agapornis roseicollis en la parte delante es blanquecino, bordeado de ocre, mientras que la parte trasera marronácea.

El ala muy distintiva y conspicua, tanto con el ave posada, como en vuelo. Negra, con ancha franja alar amarilla; manchas blancas en la punta de las rémiges de tamaño variable, en función del desgaste. La cola es negra, escotada, presentando rectrices con puntas blancas.

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El plumaje juvenil presentan alas idénticas a los adultos, una cabeza y cuerpo gris pardo uniforme y jaspeado. Adquiere el típico dibujo cefálico tricolor tras la primera muda parcial en otoño. Existen asimismo plumajes intermedios, los cuales son indistinguibles del adulto excepto con el ave en mano, en cuyo caso, en dependencia de la temporada y el ciclo de muda, se aprecia por rémiges, cobertoras alares y rectrices.

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El macho y la hembra del jilguero son muy parecidos, apenas existe dimorfismo sexual. Con el ave en la mano, o bien en condiciones de observación muy favorables, el macho presenta mayor cantidad de colorado en la cara, y plumillas nasales en general más oscuras. La variación estacional es inexistente, sin embargo, el desgaste progresivo del plumaje, reduce (e incluso elimina) las puntas blancas de rémiges y rectrices, recuperándolas tras la muda completa postnupcial.

Debido a su cabeza tricolor, y a su conspicua coloración alar, resulta inconfundible con otras especies. Los ejemplares juveniles pueden inducir a cierta confusión con hembras y también inmaduros de otros fringílidos marronáceos, pero solo en el caso de que la observación no incluya el ala.

Los ciclos de muda en juveniles es parcial a lo largo del verano, al paso que en adultos la muda es completa también durante el verano.

El jilguero europeo se distribuye a lo largo del paleártico occidental. Acostumbra a morar lindes de bosques, sotos, campiñas, zonas agrícolas, parques, jardines, huertos, frutaledas y, por lo general cualquier zona herbácea, de forma especial si existe exuberancia de cardos (alimento predilecto de la especie); la clave es presencia mínima de arbolado. Cría sin contrariedades en pueblos y urbes.

Muestra predilección por entornos calurosos, siendo menos frecuente observarlo a medida que aumenta la altitud. Ha sido citado en los Alpes suizos a dos mil cuatrocientos m s. n. m.; en los Pirineos catalanes a dos mil m s. n. m., y en Sierra Nevada a mil ochocientos cincuenta m s. n. m..

Su predilección por las plantas ruderales, en especial cardos y centaureas, explica las altas exuberancias de jilgueros en vegas y olivares, hábitats que aportan árboles para emplazar el nido, y terrenos despejados donde buscar semillas.

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En migración resulta omnipresente. En invierno también frecuenta yermos y otras zonas abiertas aunque no estén arboladas.

En general acostumbran a criar dos veces durante un año. La primera puesta empieza a mediados de marzo o principio de abril. La segunda puesta se realiza después de la primera. Raramente se producen tres puestas.

La puesta consta de cinco o bien 6 huevos de color blanco con finas manchas rojizas. La incubación dura entre 12 y 13 días, periodo en el que frecuentemente el macho alimenta a su pareja en el nido. El nido, construido prácticamente únicamente por la hembra, tiene forma de copa y se instala en las horquillas de las ramas más altas de algunos árboles o arbustos.

Los polluelos, que son nidícolas, abandonan el nido y se independizan de los progenitores a los 15 días aproximadamente, alcanzan el plumaje terminante tras la muda otoñal.

El jilguero europeo se comporta como parcialmente migrador. Las poblaciones nórdicas migran al sur; los cuarteles de invierno se sitúan en la zona mediterránea. Las poblaciones meridionales pueden ser sedentarias, errantes, e incluso migradoras hacia el norte de África. La migración es diurna, en conjuntos más o menos abundantes. El paso migratorio es prolongado; el grueso de la migración otoñal se produce entre septiembre y noviembre; el de la primavera se genera entre febrero y mayo.

En zonas como España se considera un migrador parcial, recibiendo invernantes provenientes de Centroeuropa; el paso otoñal se genera sobre todo en octubre y noviembre, y la vuelta transcurre entre marzo y mayo.

Los individuos ibéricos parecen desamparar mayoritariamente muchas de sus localidades de cría para desplazarse al norte de África, dando sitio a una espectacular concentración otoñal en el estrecho de Gibraltar, donde resulta ser el fringílido más rebosante en migración al unirse con migradores más norteños; en este sentido se han convocado altísimas densidades al sur de Cádiz del orden de sesenta y cinco aves por cada diez hectáreas.

Genéticamente se ha definido la especie parental existente del jilguero común (Carduelis carduelis). Es el Carduelis citrinella el que seguramente dio sitio a estos jilgueros comunes eurasiáticos en las islas del Mediterráneo, en la llamada Crisis Mesiniense, cuando el mar Mediterráneo se encontraba casi seco y era un conjunto de charcos salinos de mayor o menor profundidad.

Las aves son animales vertebrados, de sangre caliente, que caminan, saltan o bien se sostienen solo sobre las extremidades posteriores, mientras que las extremidades anteriores han evolucionado hasta transformarse en alas que, como otras muchas características anatómicas únicas, les dejan, en la mayor parte de los casos, volar, aunque no todas y cada una vuelan. Tienen el cuerpo cubierto de plumas y, las aves sensu stricto, un pico córneo sin dientes. Para reproducirse ponen huevos que incuban hasta su eclosión.

Su grupo taxonómico se llama clase Aves (la palabra es latina y está en plural, en singular sería avis)4​ para la sistemática clásica, mas en la sistemática filogenética actual este clado no tiene rango, y es incluido por su parte consecutivamente en los clados: Theropoda, Dinosauria, Archosauria, Sauropsida, Tetrapoda, etc., aunque hay más anidamientos intermedios con denominación.

Las aves se originaron a partir de dinosaurios carnívoros bípedos del Jurásico, hace entre ciento cincuenta y doscientos millones de años y, en verdad, son los únicos dinosaurios que sobrevivieron a la extinción masiva producida al final del Mesozoico. Por tanto, la sangre caliente, que es la característica más notable que comparten con los mamíferos, es un resultado de evolución convergente, puesto que no hay un ancestro común a ambos conjuntos que tuviese este rasgo. Su evolución dio sitio, tras una fuerte radiación, a las más de diez mil especies actuales ​(más ciento cincuenta y tres extintas en tiempos históricos).​ Las aves son los tetrápodos más diversos; sin embargo, tienen una enorme homogeneidad morfológica en comparación con los mamíferos. Las relaciones de parentesco de las familias de aves no siempre y en toda circunstancia pueden definirse por morfología, mas con el análisis de ADN empezaron a esclarecerse.

Las aves habitan en todos y cada uno de los biomas terrestres y asimismo en todos los océanos. El tamaño puede ser desde 6,4 cm en el colibrí zunzuncito hasta 2,74 metros en el avestruz. Los comportamientos son diferentes y notables, como en la anidación, la alimentación de las crías, las migraciones, el apareamiento y la tendencia a la asociación en conjuntos. La comunicación entre las aves es variable y puede implicar señales visuales, llamadas y cantos. Ciertas emiten gran diversidad de sonidos, y se destacan por su inteligencia y por la capacidad de transmisión cultural de conocimientos a nuevas generaciones.

El humano ha tenido una intensa relación con las aves. En la economía humana las aves de corral y las cinegéticas son fuentes de comestible. Las canoras y los loros son populares como mascotas. Se usa el plumón de patos y gansos domésticos para rellenar almohadas, y antes se cazaban muchas aves para adornar sombreros con sus plumas. El guano de las aves se utiliza en la fertilización de suelos. Ciertas aves son veneradas o bien repudiadas por motivos religiosos, supercherías o bien por prejuicios errados. Muchas son símbolos culturales y referencia usual para el arte. En los últimos 500 años se han extinguido más de ciento cincuenta especies a consecuencia de actividades humanas, y, hoy en día, son más de mil doscientas las especies de aves conminadas que precisan sacrificios para su conservación.

Los loros se caracterizan por tener un pico curvado, con una quijada inferior con cierta movilidad en su conexión con el cráneo y ubicada en una situación bastante vertical. Además de esto tienen una gran capacidad craneal y son uno de los grupos de aves más inteligentes. Son aves que vuelan bien y son capaces de sujetarse a las ramas de los árboles y escalar por ellas con habilidad, gracias a sus garras prensiles zigodáctilas (con 2 dedos cara delante y dos hacia atrás).

Otra característica de los loros es la intensa coloración de su plumaje. El color predominante del plumaje de los loros es el verde, aunque la mayor parte de las especies tienen además de esto algo de rojo, azul, amarillo y otros colores en distintas cantidades. La coloración de las plumas de los papagayos se debe tanto a los pigmentos como a estructuras especiales de sus plumas, como la textura de Dyck, que dispersan la luz originando la aparición de colores como el azul (componente fundamental del verde). Se diferencian de sus parientes las cacatúas en que carecen de sus propios penachos eréctiles en la cabeza. Asimismo difieren de ellas en las tonalidades del plumaje, las cacatúas son predominantemente blancas o negras, y si bien asimismo pueden presentan colores rosados, colorados, amarillos o bien anaranjados, las cacatúas carecen por completo de los tonos verdes y azules en sus plumajes.

La mayoría de los papagayos habituales se nutren primordialmente de semillas. Existen algunas variaciones individuales entre especies que además de esto incluyen en su dieta frutos, hojas, insectos y otras pequeñas presas esporádicamente. Los loris son predominantemente nectarívoros, aunque otras especies también consumen néctar ocasionalmente.

Los miembros de Psittacoidea son especies predominantemente monógamas que acostumbran a anidar en cavidades, tanto de los árboles como en túneles escavados en terraplenes.

Algunas especies pueden imitar gran diversidad de sonidos, incluida la voz humana, si bien no tienen cuerdas vocales sino que emplean un órgano situado en la base de la tráquea conocido como siringe.

El periquito mide cerca de dieciocho cm de la cabeza a la punta de la cola, y pesa alrededor de 35 g. La pluralidad silvestre tiene las partes inferiores de color verde claro plano, con la cabeza amarilla con un propio listado negro en su parte trasera, como el resto de las partes superiores del cuerpo y alas, aunque con fondo verde amarillento. En cambio su garganta y frente son de color amarillo plano, con una pequeña mácula morada en la mejilla y 3 manchas negras enmarcando cada lateral de base de la garganta. Su cola es de color cobalto con manchas amarillas en el centro de las plumas laterales. Las plumas de vuelo de las alas son negras y verdosas, y sus coberteras negras con bordes amarillos, y tienen manchas amarillas en el centro que solo se ven cuando despliegan las alas. Tiene el pico muy curvado hacia abajo de color gris verdoso, y patas grises azuladas zigodáctilas, con dos dedos cara delante y 2 cara atrás, que les facilita escalar por los árboles y alimentarse de semillas.

Los periquitos silvestres en su hábitat natural de Australia son de forma notable más pequeños que los que se hallan en cautividad. Además de esto los criadores de esta especie han logrado multitud de colores y capas de periquitos (ejemplos: azul, gris, gris-azul, pios, violeta, blanco, amarillo, amarillo-azul) si bien la mayor parte de los que se hallan en las tiendas de mascotas son azules, verdes y amarillos. Como en la mayor parte de especies de loros el plumaje del periquito es fluorescente bajo la luz ultravioleta. Este fenómeno posiblemente está relacionado con el cortejo y la selección de pareja.​ Como muchas aves los periquitos tienen visión tetracromática, si bien para que funcionen las cuatro clases de conos simultáneamente se precisa la presencia de todo el espectro de la luz solar.​ El fantasma ultravioleta hace relucir sus plumas, lo que ayuda a atraer a las parejas. Las motas de su garganta reflejan la luz ultravioleta y podrían utilizarse para distinguir individualmente a cada periquito.